
Acabo de ver la película "Invictus", y me ha resultado realmente emocionante. Nelson Mandela ha sido una persona que me ha conmovido, e inspirado, por su enorme voluntad y capacidad para perdonar.
En este preciso momento histórico de la humanidad, nosotros los seres humanos debemos buscar inspiración en aquellos de nosotros que han sabido sobreponerse a circuntancias extremas.
Creo que los acontecimientos de la última década van paulatina pero inexorablemente, a enfrentar al ser humano con su realidad más profunda.Está en nosotros aprovechar la oportunidad.
Puede ser que las circunstancias nos agobien y que todo lo que hay a nuestro alrededor se derrumbe como le ha sucedido a millones de seres humanos que han sentido en carne propia el dolor de la pérdida, material y afectiva.Sin embargo todos contamos con un recurso interno que debemos desarrollar y usar conscientemente y es la Voluntad.
Todos ejercemos la voluntad cuando elegimos cuando, aceptamos o rechazamos, pero cuando mejor se utiliza la voluntad es cuando hacemos algo que no queremos hacer, pero que debemos, cuando hacemos algo que es difícil pero que al hacerlo hace de nosotros una mejor persona. Son esas pequeñas victorias sobre nosotros mismos las que construyen nuestro carácter y en definitiva nuestro destino,y no es una mera frase, día a día minuto a minuto nuestras acciones basadas en nuestro caracter,son las que construyen nuestro destino.
En estos momentos tan difíciles, cuando la compasión nos arruga el corazón al ver el dolor,(no ajeno, porque nada es ajeno en la unidad que somos) quiero compartir un poema que sirvió a Mandela de inspiración durante su encarcelamiento y que hoy por su fortaleza inspiradora sería bueno leer y releer.
Invictus
Out of the night that covers me,
back as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
for my unconquerable soul.
In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cry aloud,
under the bludgeonings of chance
my head is bloody, but unbowed.
Beyond this place of wrath and tears
looms but the horrors of the shade,
and yet the menace of the years
finds, and shall find me, unafraid.
It matters not how strait the gate
how charge with punishment the scroll,
I am the master of my fate;
I am the captain of my soul.
Desde la noche que sobre mi se cierne,
negra como su insondable abismo,
agradezco a los dioses que existan
por mi alma inconquistable.
Caído en las garras de la circunstancia
no he pestañeado ni llorado,
bajo los golpes que me echó la suerte
mi cabeza ensangrentada sigue erguida.
Más allá de este lugar de lágrimas e ira
yacen los horrores de la sombra,
pero la amenaza de los años
me encuentra, y me encontrará, sin miedo.
No importa cuan estrecha sea la puerta,
cuan cargada de castigo la sentencia,
soy el amo de mi destino;
soy el capitán de mi alma.
William Ernest Henley