Es verdad que a ninguno de nosotros no gusta pasar por malos momentos en la vida, sin embargo, esas tormentas emocionales dejan al descubierto tesoros que de otro modo nunca hubieran sido descubiertos y que pueden ser aprovechados por aquellos que saben del valor secreto de los mares agitados.
Porque la verdad es que, esos momentos no deseados, nos introducen en partes profundas de nosotros mismos que nunca podrían ser sanadas si no fuera porque las dificultades primero nos las revelan y nos permite liberarlas.
Cuando pasamos por momentos difíciles en extremo, cuando las cosas van “decididamente mal” seguramente no estamos destinados a volver ser quienes éramos, y estar como lo estábamos antes.
Los momentos no deseados los podemos ver como:
A-Como tormentas interminables, que se repiten una y otra vez, como piedras con las que tropezamos reiteradamente cuando menos lo esperamos o
B-Podemos utilizar el sufrimiento del momento como punto inflexión para un cambio real y profundo que ocurre en aquellos momentos en que todo parece desmoronarse a nuestro alrededor.
En primer lugar no es fácil ver algo positivo en momentos de dolor, pero detrás de esa apariencia hay una especie de “bondad espiritual” que llega a nuestras manos en forma de manojo de espinas.
Aún cuando nuestro sentido de autoestima pueda verse sacudido por los eventos, es importante reconocer que en estas experiencias, cualquier sentido del Ser, que provenga de estereotipos, competencia social, posesiones, reconocimiento o aprobación, no es lo que verdaderamente somos. Aprender esta lección de esos momentos, no da la oportunidad de liberarnos de la imposible tarea de ser todo para todas la personas y renueva nuestra fe en la realización de nuestro verdadero Ser.
A pesar que nos podamos sentir devastados, en nuestro interior ,por la pérdida de aquello cercano y querido por nosotros, ya sean cosas o personas, es necesario reconocer que nada en este mundo material es permanente. Estos eventos nos ayudan a liberarnos de las ataduras dolorosas de las posesiones o personas y obtener libertad de toda forma de relación de dependencia y los falsos temores que le acompañan.
El vivir estos eventos con aceptación, traen a la luz, la comprensión de dos verdades que nos libera de los límites: Cuanto más reacios somos a ver nuestras propias limitaciones mas grandes se convierten! Y cuando nos damos cuenta de ello vemos que esas limitaciones son meras ilusiones. Van a existir el tiempo en que demoremos en reconocerlas como lo que son ¡ilusiones!
Nuestra tarea como “buscadores” espirituales es demostrar esta verdad .A través de ello podemos ser liberados.
Si estos eventos dolorosos los vemos como tiempos problemáticos, que pasarán y nada más, perdemos la oportunidad de descubrir que, más allá de su apariencia, cada momento en la vida es divino en su naturaleza esencial y puede ayudarnos a recordar quienes somos en verdad
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